El Amor como una Barca: Cuando los Desacuerdos Nos Alejan.
A veces me pregunto en qué momento dejamos de ser ese refugio el uno para el otro. En qué punto las pequeñas grietas se convirtieron en abismos que no supimos cruzar. Lo que un día fue risa y complicidad, se fue llenando de distancia y malentendidos, y terminamos atrapados en nuestros propios silencios. Los problemas fueron creciendo, las diferencias se hicieron más profundas, y nuestros demonios, más grandes que el amor que nos unió alguna vez.
No es que el adiós haya estado en nuestros planes, nunca lo mencionamos porque ninguno de los dos quería creer que esto podría llegar a suceder. Pero a veces parece que es la respuesta más fácil, aunque ambos sabemos lo doloroso que sería. Tal vez fue el orgullo, tal vez el miedo, pero las palabras que no dijimos, y las heridas que dejamos sin sanar, nos llevaron a este punto donde parece que seguimos juntos, pero sin saber cómo salvar lo que queda.
Y aunque en el fondo aún queda amor, a veces no es suficiente. Nuestros corazones se agotaron en la lucha, y aunque duele pensar que la distancia podría ser el único camino, lo único que espero es que, si algún día decidimos decir adiós, podamos recordar lo bueno con más fuerza que el dolor que nos separó.
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