

La Impredecible Presencia.
Ella aparece en mi vida de manera inesperada, a veces causando un impacto que no puedo ignorar y otras desapareciendo sin dejar rastro. Aunque en ciertos momentos parezco indiferente, sé que cuando se vaya por completo, el vacío será inevitable. Es impredecible, se acerca y se aleja, siempre cambiando de lugar, de actitud. Es una interrogante constante, a veces es claridad y otras es la oscuridad.
Confunde mis emociones de forma compleja, lo que siento, haciéndome cuestionar si cada paso es real. Está a mi lado, pero no está, no sé cuál es el destino, ni hacia dónde me lleva. Es una mezcla de contrarios: un desafío y, al mismo tiempo, una aliada. Su presencia en mi vida es profunda, pero en ocasiones siento que está a kilómetros de distancia. Sé que eventualmente me perderé en su ausencia, pero también se que vendrá nuevamente bajo la luz de otra presencia. Sin embargo, sigue siendo ella, quien me conduce a través de la incertidumbre.
Cuando la vida sigue su curso, ella se vuelve distante, inexplicable, como una presencia que a veces está y otras se desvanece. Es un constante cambio en mi vida, alguien que nunca deja de transformarse. Las personas pasan, pero ella parece estar siempre ahí, jugando con gestos o palabras, y aun así, haciendo que no pueda olvidarla.
Siento que por momentos entiende mi confusión y muestra una especie de compasión hacia un corazón que no sabe dónde está parado. Acepto que no todo está bajo mi control, y mi error ha sido no comprender que quien no se aferra a un sentimiento, jamas dará seguridad. Esa es la realidad que ella representa para mí.
Cuando se aleja, no puedo evitar preguntarme si es ella a quien estoy dejando ir, si es la que debería haber retenido. Tal vez nunca lo sepa con certeza, pero ese es el camino que el destino ha trazado. A veces parece comprenderlo, y por un momento, hay un atisbo de comprensión hacia este corazón errante. Pero al final, sigo sin saber con seguridad si todo esto ha valido la pena.
Pero es ella quién está en mi vida y no esta, es una contradicción, tan cerca y tan lejos. Me resulta difícil aceptar cada despedida que parece más cercana de lo que quisiera. Sé que, una vez más, me quedaré con la pregunta rondando en mi cabeza, preguntándome si realmente era ella la que estuve buscando todo este tiempo.
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