

La Luz Perdida de Tus Ojos Cafés.
Nada es igual sin tus ojos cafés, esos que parecían iluminar cada rincón oscuro de mi vida. En ellos, encontré un refugio, una calma que no sabía que necesitaba. Eran mi brújula, los que me hacían sentir que todo estaba bien, incluso en los momentos más inciertos. Tu mirada siempre fue una promesa, una certeza en medio del caos, y ahora que ya no está, el mundo parece más frío, más vacío. Cada vez que cierro los ojos, intento recordar el brillo de los tuyos, pero solo encuentro el destello de lo que fue.
Tú representaste todo lo que alguna vez soñé. Fuiste ese impulso que me llevó a querer ser mejor, a encontrar belleza incluso en lo más simple. Con tu risa, convertías lo cotidiano en extraordinario, y con tu presencia, llenabas los días de luz. Ahora, aunque intento avanzar, me doy cuenta de que todo se siente incompleto sin ti. Lo que una vez compartimos sigue latente, no como una herida, sino como un recordatorio de lo afortunado que fui de haber vivido esos momentos contigo.
Pero está bien, debo irme, debo ir a seguir escribiendo nuevas canciones para ti. Debo tomar mi guitarra o mi flauta, da igual, porque en cada acorde que toque habrá un pedazo de ti. El público siempre espera y no sabe las penas que lleva el artista, aún así la función debe continuar. Fue un gusto conocerte, más allá de lo que las palabras puedan expresar.
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