

El Peso Silencioso de la Distancia.
La tristeza de la distancia pesa en cada día. Es un dolor silencioso que acompaña cada pensamiento, una melancolía constante por no poder compartir los momentos cotidianos, por no sentir tu presencia cercana, es la impotencia de no poder estar a tu lado cuando me necesites. A veces, el anhelo de estar juntos es tan grande que parece que las horas se alargan, y los kilómetros que nos separan se hacen aún más largos.
Pero, en medio de esa tristeza, también vive un sueño: el de algún día estar juntos y mirar atrás, recordando cada obstáculo que superamos. Ese día, cuando finalmente podamos decir «lo logramos», todo este tiempo de distancia, de añoranza, habrá valido la pena. Porque aunque la distancia nos duele hoy, también nos fortalece. Me gusta pensar que ese futuro llegará, y que cuando lo haga, el amor que ha resistido las pruebas más duras será más fuerte que nunca.
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