

La Incertidumbre de un Tiempo que se Escapa.
Recuérdame el día y el año, porque el tiempo parece haberse desvanecido entre mis manos. Recuérdame el clima, tal vez sea fresco y sereno, o tal vez contrasta con el caos que llevo dentro. No quiero olvidar lo que una vez fuimos, lo que compartimos cuando el mundo parecía diferente. Esta realidad me desconcierta; me siento atrapado en una neblina que me impide reaccionar, y a veces, deseo desaparecer. Pensar en pedirte que me encierres y tires las llaves suena tentador, pero la verdad de lo que vivo y lo que siento me sigue manteniendo en esta incertidumbre, sin encontrar descanso.
A veces, olvido incluso mi propio nombre, porque el tuyo ocupa todos mis pensamientos. Las noches se han vuelto interminables, y en cada una de ellas pedí una explicación al silencio que me acompaña. Fueron demasiadas las lágrimas que rodaron por mis mejillas, transformándose en un río que parecía no detenerse, cayendo como cascada directo al corazón. Esa nostalgia, esa sensación de vacío, llenaba cada rincón de mi ser, como si el reflejo de tu ausencia fuera lo único que podía escuchar.
Ahora, sigo cargando con esa melancolía, tratando de entender cómo llegamos a donde nunca quise. Aunque el paso del tiempo y las noches sin respuesta intenten borrar lo que fuimos, no logro escapar del peso de esos recuerdos. Vivo entre sombras de lo que fue, y mientras intento avanzar, mi mente se aferra a los momentos que compartimos, a esa sensación de haber perdido una parte de mí que nunca podré recuperar.
Anuncios