

Cuando el Mundo Era Nuestro.
Como amé esos días de complicidad absoluta y un mundo solo de los dos. Nos bastaba una mirada para entendernos, y en el silencio se escondían mil palabras que solo tú y yo podíamos escuchar. Eran días de risas espontáneas y de promesas susurradas al aire, de planes trazados en el cielo y sueños que parecían tan cercanos. Fuimos refugio y aventura, cómplices de un amor que parecía eterno. Ahora, cada recuerdo de esos momentos me envuelve con una nostalgia dulce, recordándome la intensidad de lo que vivimos y lo único que fuimos cuando el mundo era nuestro
Anuncios