Él anhelaba verla cada día, deseando que por fin sus agendas coincidieran y pudiera disfrutar de su compañía. Aunque hacía algunos meses había viajado para verla, las ocupaciones de ella hicieron que el encuentro fuera breve. Sin embargo, el peso de la distancia, las responsabilidades y la rutina siempre se interponían, aplazando una y otra vez ese tan esperado reencuentro. Ella, en videollamada, al notar su frustración, le sonrió y, con una chispa en los ojos, le dijo: “Prometo que nos veremos la víspera de trans ante pasado de mañana”. Ese martes, él se quedó pensando, intentando descifrar las palabras mientras una mezcla de emoción y duda lo invadía, preguntándose una y otra vez: ¿Cuándo le propuso verse?
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