Mi buen amor, adiós.
Con Bacardí en mano, aquel que nunca nos acabamos de tomar, me siento a recordar todo lo que fuimos. No con tristeza, sino con un profundo agradecimiento por cada detalle, por cada momento compartido que hizo de nuestra historia algo único.
Mi buen amor, gracias por las frases de cariño que dejabas en el espejo, por los stickers con labios marcados que encontraba en los lugares más inesperados. Cada pequeño gesto, aquel ravioli que prometiste algún día preparar, y la compañía silenciosa de tus mascotas, hoy me hablan de ti.
Por aquellos peluches que me regalaste, un símbolo de nuestros momentos divertidos, y por los sueños que trazamos juntos, aunque ahora queden solo como un hermoso recuerdo de lo que pudo ser. Por tu cepillo de dientes junto al mío, por esos pequeños gestos cotidianos que hacían que nuestro amor se sintiera tan real y verdadero.
Y aunque ahora es momento de comenzar un camino distinto, quiero que sepas que cada uno de esos momentos fue valioso. Mi buen amor, gracias por todo lo que compartimos, por los sueños, los detalles, y por haberme mostrado lo que significa amar de verdad. Ahora, con gratitud en el corazón, continúo mi camino, pero siempre llevaré contigo el recuerdo de lo que fuimos. ¡Salud!
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