

Un Encuentro Fugaz y Eterno
Recuerdo el día que te conocí, cómo mil veces cruzamos aquella esquina sin imaginar que un día nuestras miradas se encontrarían, y que esas miradas darían lugar a palabras que cambiarían todo. Los días que siguieron fueron intensos y fugaces, como si el tiempo supiera que nuestras horas juntos estaban contadas, marcadas por la inevitabilidad de una partida. Hicimos muchas promesas, entre ellas la de nunca olvidar nuestras mismas promesas, la de buscarnos en cada una de nuestras vidas, sin importar cuántas veces nos tocara empezar de nuevo. Pero tal vez, en esta vida, fuimos la excepción, y el destino nos jugó una carta diferente. Sin embargo, ese primer encuentro, esas promesas y esos días fugaces, siempre quedarán grabados en mi memoria, como un recordatorio de lo que pudo ser.
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